Se me pregunta a menudo por qué no doy direcciones de terapeutas que estén
completamente de parte del niño que fuimos y que no protejan a los padres.
Si conociera terapeutas suficientemente respetuosos para responder a sus
preguntas; suficientemente libres para sentirse indignados con el comportamiento de sus padres hacia ustedes; suficientemente valientes para
acompañarles con empatía cuando dejen escapar la rabia bloqueada en sus
cuerpos desde hace tanto tiempo; suficientemente bien informados para no
hacerse sermonear con "debería olvidar", el perdón, la meditación y los "pensamientos positivos"; suficientemente honestos para no quererlos
adormecer con palabras vacías como "la espiritualidad" cuando sienten miedo
delante de su trágica historia... tengan por seguro que con gran dicha les
comunicaría sus nombres, dirección y teléfono. Pero no los conozco.
Si busco por internet, encuentro solamente una avalancha de proposiciones
esotéricas, religiosas, sectarias, comerciales o manipulaciones corporales
peligrosas, pero en ningún caso lo que yo busco.
Con la esperanza de que existan terapeutas que propongan afrontar de una forma
seria y sistemática la realidad de la propia infancia y un acompañamiento sin
engaños, les propongo con mi lista FAQ (las preguntas más frecuentes) los
útiles necesarios para su búsqueda.
Si los terapeutas se niegan a responder a sus preguntas, ganarán al menos
tiempo y dinero.
Si guardan todavía el miedo del niño temeroso que fueron al hacer sus
preguntas a los terapeutas en la actualidad, su temor es comprensible, pero
eso no quiere decir en absoluto que sus preguntas no sean importantes y
esenciales; los son si duda alguna.
Sé lo difícil que es encontrar un buen terapeuta, no obstante pienso que es
posible si conocemos nuestras necesidades. Intentaré aquí responder a varias
preguntas para animarles a verificar la actitud del posible terapeuta, pero les
pido por favor considerar este texto como un primer esbozo y que no duden en
hacerle añadiduras o comentarios. (Decidí hablar del terapeuta y de la persona
que busca uno como si fuesen dos mujeres, pero claro está los dos géneros
están ahí representados).
1. ¿Qué necesito para superar mi dificultad?
Necesita una persona honesta, empática, que le ayude a tomar en serio las
informaciones que le da su cuerpo, puesto que ella misma ya logró hacerlo
porque tuvo la suerte de encontrar antes esa misma ayuda que usted busca.
2. ¿Cómo puedo reconocer en una terapeuta a ese tipo de persona?
Haciéndole muchas preguntas.
3. Esta idea me horroriza. ¿Por qué no me atrevo a hacer preguntas?
Seguramente, siendo niña, se le castigó por hacerlas, ya que con ellas hizo
temblar a sus padres en su posición de poder. Ignoraron sus preguntas o le
mintieron en lugar de responder con la verdad. Es POSIBLE que no se le
comprenda o que sus preguntas desencadenen los temores y la defensiva de una
terapeuta, pero usted ya no es la niña indefensa de entonces que no tenía
elección. Puede irse y buscar otra terapeuta. Una niña no puede hacerlo,
entonces intenta cambiar a sus padres, ciertas personas lo hacen
(simbólicamente) durante toda su vida. Sin embargo, siendo adulta se puede
elegir. Puede con el sostén del foro de internet reconocer las mentiras, la
pedagogía perniciosa y las defensivas. Lo único que necesita es tomar en serio
lo que oye, no negarse su malestar y no esperar poder cambiar a la persona
(los padres) con el tiempo. No la cambiará. Ella misma necesita hacer una
terapia y no debe usted cargarse con ese trabajo, sobre todo si es usted quien
paga la consulta.
4. Me siento culpable de desconfiar. Si no tengo confianza, nunca podré
encontrar lo que es bueno para mí.
Su desconfianza tiene una historia y eso requiere una comprensión
PARTICULAR. La persona que se ocupaba de usted cuando era pequeña no merecía
su confianza y la niña que usted era lo captó muy bien porque su cuerpo
conocía la verdad, así que no podía desarrollar la confianza. En lo sucesivo confíe en las señales que le envíe su cuerpo. Es la niña silenciosa quien se
expresa, la que comienza a hablar y necesita de su veracidad. Si no se
encuentra bien con una persona, tome en serio su sentir, no lo rechace,
intente comprenderlo. En cuanto se sienta verdadera y profundamente
comprendida, su cuerpo se lo hará saber inmediatamente y claramente. Se
sentirá serena y tranquila sin necesidad de entrenamiento particular.
5. ¿Cuál es el riesgo de hacer preguntas desde el principio?
Ninguno. Sólo puede salir ganando. Si la respuesta es hostil o defensiva
puede ganar tiempo y dinero yéndose. Por otro lado si la respuesta que recibe
le satisface, eso la animará a hacer otras. Y es lo que debe de hacer.
6. ¿Qué clase de preguntas debo hacer?
Todo lo que se cuestione. Pero, sobre todo, no olvide preguntar a la
candidata que podría ser su terapeuta sobre su propia infancia y sobre su
formación. Dónde se formó, lo que le ayudó y lo que no. Cómo vive sus
dificultades, ¿se siente libre de ver lo que no fue justo, o protege mas bien a
las personas que la hirieron? ¿Minimiza los daños? ¿Le pegaron siendo niña?
¿Cómo evalúa esa experiencia? ¿Es verdaderamente consciente de sus
consecuencias en su vida de adulta o por el contrario niega su importancia?
¿Evita enfrentarse a su propio sufrimiento? En este último caso, hará todo lo
posible por reducirla al silencio y no siempre de manera evidente.
7. ¿Es un buen signo si me dice que ha leído "El drama del niño dotado", de
Alice Miller?
Eso no quiere decir nada. Pregúntele más bien lo que sintió con la lectura
de "Por tu propio bien" y los otros libros, que le dé su crítico parecer. Lo que
le ayudó y lo que no le sirvió. ¿Cuál es, según ella, el factor que influye más
en el proceso curativo? ¿Es capaz de profundos sentimientos o prefiere un
análisis intelectual para guardar una cierta distancia? Es posible encontrar
esto con los terapeutas que trabajan con la terapia primal. Le hacen sentirse
la niña impotente que fue durante años y años para "ayudarle", pero los hay
que no están dispuestos a sentir el dolor que produce el enfrentarse
honestamente con su historia. En ese caso usted podría acabar dependiendo de
ellos y de su impotente e inmutable sentimiento de rabia contra sus padres, sin
poder liberarse de sus penosas emociones. Una buena terapeuta debe ayudarla
a encontrar y a satisfacer Sus Propias necesidades, descuidadas desde hace
tanto tiempo. Necesidad de expresarse libremente, de ser comprendida,
respetada y tomada en serio. En cuanto comience a satisfacer sus necesidades y
a proteger a la niña interior, la rabia y el odio la abandonarán, se
esfumarán. Son señales de alarma que muestran, a mi modo de ver, el descuido y
el desprecio de los padres.
8. ¿No soy una intrusa haciendo tantas preguntas?
En absoluto. Tenemos derecho a estar bien informados y ella tiene que tener
el suficiente valor, la conciencia y la honestidad de responder de forma
adecuada; si no, ella no es la persona que nos conviene.
9. ¿Con esta actitud no estoy yo buscando un ideal que no existe?
No creo. Sé que la honestidad, la conciencia, la compasión, el valor y la
apertura EXISTEN. ¿Por qué no sería legítimo esperar esas cualidades de un
terapeuta?